jueves, 24 de septiembre de 2015

¿Arte o crueldad?: dejan parapléjico a un toro en plena corrida


23 septiembre 2015

El Partido Animalista Pacma denunció a través de las redes sociales un nuevo episodio de crueldad contra los animales. Según la organización, dejaron parapléjico a un toro en plena corrida celebrada en la ciudad de Logroño.

En un mensaje publicado en Facebook, la organización Pacma informó que en la corrida de rejones de la Feria de Logroño (provincia de La Rioja) que tuvo lugar el 19 de septiembre el rejoneador Sergio Domínguez «pinchó al toro de tal forma que lo dejó parapléjico». «El animal se arrastró por el ruedo hasta que lo mataron a puntillazos», señala.

El video, que fue eliminado de muchos canales taurinos, aparece publicado en la página de Pacma en Facebook «para que todo el mundo conozca lo sucedido». «Se puede ver cómo las cámaras dejaron de mostrar los puntillazos al toro», enfatiza la organización que defiende los derechos de los animales.

Miles de activistas antitaurinos, decenas de organizaciones protectoras de animales, no solo en España, sino en todo el mundo denuncian los actos «salvajes» en las corridas y llaman a erradicar las torturas de ese «rito medieval». 


2 comentarios:

Pirrón dijo...

El arte deja de ser arte cuando se hace sufrir a un ser vivo, eso es sadismo, es mi opinión.
Que no cuenten conmigo para promover barbarismos que nos hacen retroceder a tiempos de los cromañones.
Si no somos capaces de controlar los impulsos sádicos, difícilmente podremos decir que la moralidad del hombre pueda avanzar a algún modelo de sociedad digna.

KRATES dijo...

No considero que los defensores de la tauromaquia sean unos sádicos o unos asesinos porque amen este espectáculo cruel y atávico, se ve en la cara de los asistentes que tampoco les gustaba lo que estaba pasando... Pero, lo que sí es verdad es que este espectáculo es sangriento y feroz, por mucho «arte» con el que lo disfracen, que en estos tiempos actuales no tiene razón de ser.

En el argot taurino «una mala tarde» es algo parecido a esto, no se hacen buenas faenas y el animal es torturado implacablemente, se le oye mugir de dolor y sangra constantemente, y quien lo niegue está ciego o es un mentiroso. Los defensores de este espectáculo y demás festejos semejantes tienen que reconocer que todo esto va junto, la maestría de unos toreros con lo contrario. Y en el fondo degenera en lo que es de verdad, un acto más de sadismo y barbarie propio de otros tiempos.

De la misma forma que abolimos la esclavitud antaño y nos consideramos todos los seres humanos muy próximos entre sí, la capacidad de empatizar y respetar debería trasladarse más allá de los márgenes biológicos de nuestra especie.