sábado, 18 de abril de 2015

Mezclando churras con merinas


Amnistía Internacional criminaliza a los palestinos por su inferioridad armamentística frente a Israel

Prisma, nº 1*
Grupo Editorial Amor y Rabia

«Ilegal y mortal», el reciente informe de Amnistía Internacional sobre «ataques con cohetes y morteros por parte de grupos armados palestinos durante el 2014 conflicto de Gaza/Israel», acusa a Hamas y otros de llevar a cabo «ataques indiscriminados» contra Israel: «Cuando los ataques indiscriminados matan o hieren a civiles, constituyen crímenes de guerra».

El informe reitera una simetría formal entre israelíes y palestinos (los informes anteriores han acusado a Israel de crímenes de guerra durante la Operación de Protective Edge), pidiendo a ambas partes que tomen todas las precauciones necesarias para respetar la vida de civiles, y recordándoles que tienen que «elegir los medios y métodos de ataque apropiados».

Se prohíbe el uso de armas que son inherentemente indiscriminados, como cohetes no guiados. Y el uso en zonas densamente pobladas de armas imprecisas que no pueden dirigirse contra un objetivo militar con la suficiente precisión, tales como morteros, es probable que resulte en ataques indiscriminados y también está prohibido.

Hay un contraste implícito con las capacidades tecnológicas superiores de Israel, que según la propaganda del ejército israelí (FDI) le permiten llevar a cabo ataques aéreos con «precisión quirúrgica». Pero las cifras cuentan una historia diferente. Al menos 2.100 palestinos murieron durante la campaña militar de Israel en Gaza el pasado verano; alrededor de 1.500 se cree que eran civiles (según Amnistía algunos de ellos fueron asesinados por pérdida lanzamiento de cohetes palestinos). Del lado israelí, 72 personas murieron, 66 combatientes y seis civiles. Estas cifras apuntan a una clara discrepancia.

No es sólo que Israel mató a 300 veces más civiles palestinos, sino que, además, la proporción de muertes de civiles entre los palestinos fue mucho mayor: 70 por ciento de los asesinados por Israel eran civiles, en comparación con el 8 por ciento de los asesinados por los palestinos. Estas cifras indican claramente que no existe una relación entre el bombardeo de precisión y la distinción entre combatientes y población civil al bombardear. Los sistemas de armas de alta tecnología también pueden matar indiscriminadamente.

El informe de Amnistía muestra no sólo lo escurridizo que puede ser el derecho humanitario internacional, sino también que las organizaciones de derechos humanos tienden a ignorar las asimetrías de poder, reproduciéndolas. El informe dice esencialmente que el uso de misiles caseros —no hay mucho más disponible para las personas que viven en estado de sitio permanente— es un crimen de guerra. En otras palabras, los grupos armados palestinos son criminalizados por su inferioridad tecnológica.

AMOR Y RABIA
  
 * Este texto forma parte del primer número de PRISMA, la circular gratuita del colectivo AMOR Y RABIA, la cual se puede obtener (en formato PDF) escribiendo a su correo electrónico:


colectivo.editorial.ayr@gmail.com

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