lunes, 8 de abril de 2013

No todos los británicos lloran a Thatcher, algunos planean fiestas


LONDRES (Reuters) - Controvertida en vida, la exprimera ministra de Reino Unido Margaret Thatcher sigue dividiendo a su país después de su muerte: mientras algunos planean su funeral y elogian a la polémica líder, otros se inclinan por organizar celebraciones y fiestas.

Reino Unido se vio sorprendido en la tarde del lunes por la noticia de la muerte de la «Dama de Hierro», pero no todos la lamentaron.

En Brixton, en el sur de Londres —escenario de feroces disturbios en la década de 1980 y donde se produjeron profundas divisiones sociales y tensiones raciales— se empezaba a gestar una fiesta organizada rápidamente.

«La propia Thatcher representa mucho de lo que la gente odia respecto a lo que pasó en Reino Unido en los últimos 20, 30 años», dijo el diseñador gráfico Ben Windsor, parado junto a un hombre que sostenía un cartel con una caricatura de Thatcher con las palabras: «Regocíjate, regocíjate».

Un policía observaba la escena mientras varias personas bebían cerveza en lata y botellas de vino coreando: «¡Está muerta!».

Al caer la noche, a una cifra en rápido ascenso de 199.000 personas le «gustaba»la página web www.isthatcherdeadyet.co.uk («¿Thatcher ya está muerta?»), que había sido actualizada con un gran «SÍ» en letras mayúsculas.

La web alentaba a los visitantes a celebrar y brindaba un tema musical.

«Margaret Thatcher está muerta. Esta señora no va a regresar», indicaba la web.

La frase es un juego de palabras con la famosa declaración de Thatcher «Esta mujer no va a cambiar», que pronunció en un discurso en 1980 en una conferencia política para miembros de su propio Partido Conservador que le estaban pidiendo que moderase sus políticas radicales de extrema derecha.

Esas políticas, que algunos consideran que modernizaron Reino Unido, alienaron a muchos, que ven en la ex mandataria a una destructora de empleos y de la industria tradicional.

Esas famosas palabras, que resuenan 23 años después de su dimisión del cargo de primera ministra, muestran que muchos no la han olvidado ni perdonado.

«La mejor noticia que he tenido en todo el año», dijo en la red social Facebook alguien que se presentaba como ex minero.


«¿DÓNDE ES LA FIESTA?»

Una botella de leche fue colocada en el umbral de la puerta de la casa de Thatcher en Belgravia, una referencia a su política de terminar con la entrega de leche gratuita a los niños en el colegio mientras gestionaba la educación en el país en la década de 1970, medida que le valió el mote de «Thatcher la robaleche».

Una tendencia de Twitter con la etiqueta #nowthatchersdead («ahora que Thatcher está muerta» en inglés) arrastraba una variada colección de chistes pesados, celebraciones y recriminaciones, además de a algunos seguidores confundidos de la cantante estadounidense Cher que malinterpretaron la frase.

Algunos sindicalistas tuitearon que se dirigían al pub a celebrar, mientras otros dijeron que estaban descorchando champán y preguntaban «¿Dónde es la fiesta?».

En los últimos días han aparecido alrededor de Londres folletos que anunciaban que habría una fiesta en Trafalgar Square, un tradicional centro de celebración y manifestaciones de la capital británica, el sábado siguiente a la muerte de Thatcher.

Un intento por llevar a las listas de éxitos una nueva versión de la canción The Witch is Dead («La bruja ha muerto») de Ella Fitzgerald era objeto de otra campaña de Facebook el lunes.


Otro antitributo se centraba en el popular musical Billy Elliot, que tiene como trasfondo una huelga de mineros en la década de 1980. La canción aludida dice: «Feliz cumpleaños Maggie Thatcher, todos lo celebramos porque significa que estás un día más cerca de tu muerte». El musical se presenta actualmente en Londres.

«Quería terminar con los sindicatos, con el movimiento de la clase obrera (...) no acabó con nosotros pero esa era su meta», dijo Judith Orr, editora del diario de izquierda Socialist Worker. «Me alegra perderla de vista».

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