martes, 16 de octubre de 2012

Las fortunas de los millonarios españoles aumentan en plena época de crisis gracias a la SICAV

Las SICAV —Sociedades de Inversión de Capital Variable— reciben un favorable trato fiscal gracias a la legislación vigente al respecto, ya que tributan al 1% en el impuesto de sociedades, frente al 30% al que tributan las grandes empresas y el 25% para las PYMES



 La mayor parte de la deuda corresponde a bancos y grandes empresas privadas, siendo el endeudamiento familiar sólo el 20,6% del total y la deuda pública del estado el 19,1%. La mayor parte de los impuestos recae, al contrario, en las familias y PYMES que suelen tributar en porcentajes muy superiores a figuras legales e ilegítimas creadas para que grandes empresas y fortunas tributen sólo al 1%.

El portal www.324.cat publica hoy datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) sobre la evolución de las sociedades de inversión durante los años de crisis en España, para concluir que su número —lejos de menguar— ha aumentado. De este dato puede decucirse que las grandes fortunas del estado han crecido en gran parte gracias a sociedades de inversión como las SICAV.

De acuerdo al INE, las Sociedades de Inversión de Capital Variable (Sicav) han crecido en algunos casos hasta un 50%, en contraste con el descenso de 3,2% de la renta disponible en los hogares españoles en el segundo trimestre de 2012, en comparación con el mismo período del año pasado; además, se constata un 21,8% de la población en el umbral de pobreza al cierre de 2011.

Los datos del INE sobre las sociedades de inversión demuestran que en algunos casos el patrimonio ha crecido hasta un 50%. Aunque el volumen global de las SICAV ha descendido a un 8% —este año gestionan más de 23.000 millones de euros— las sociedades de grandes fortunas son las que han crecido más, de forma que cinco sociedades gestionan unos 1.800 millones de euros, 200 millones más que hace dos años.

La más gigantesca es Morinvest, gestionada por BBVA y en la que participa la empresaria Alicia Koplowitz. Desde 2010 ha ganado 70 millones para alcanzar los actuales 511 millones. La segunda, Allocation, vinculada a la familia propietaria de Ferrovial, ha crecido 9 millones de euros. Ahora cuenta un patrimonio de 398 millones. La SICAV en el que participa Rosalía Mera, fundadora junto con Amancio Ortega del gigante textil Inditex, es la tercera por patrimonio, con 341 millones de euros, casi un 7% más que en junio de 2010.

A pesar de estas cifras astronómicas, las SICAV de las grandes fortunas no son las más rentables. En España hay sociedades que han conseguido rendimientos de hasta el 49%. Es el caso de Wana Inversiones, de la gestora de Barclays.

En conjunto, las sociedades de inversión españolas han tenido una revalorización del 0,19% este año. Una cifra que puede parecer pequeña, pero que contrasta en positivo con el 11% que ha perdido el IBEX 35.

Las SICAV —Sociedades de Inversión de Capital Variable— reciben un favorable trato fiscal gracias a la legislación vigente al respecto, ya que tributan al 1% en el impuesto de sociedades, frente al 30% al que tributan las grandes empresas y el 25% para las pymes. Cuando un inversor decide sacar el dinero de la SICAV, debe pagar entre un 19 y un 21%, pero si saca menos dinero del que invirtió, se ahorra estos impuestos. El requisito para constituirla es conseguir más de 100 socios que aporten un capital inicial de 2,4 millones de euros, sin especificarse cantidades mínimas por socio. De esta manera, son frecuentes las SICAV que pertenecen a una persona o familia unida a 100 testaferros también conocidos en el argot financiero como "mariachis", "inversores" que realmente no invierten. Se les llama así, parafraseando la ranchera: "Con dinero y sin dinero, yo hago siempre lo que quiero y mi palabra es la ley…".

Poco antes del estallido de la crisis financiera, en 2005, la Inspección de Hacienda inició un plan de control de estas entidades. En la casi totalidad de los casos, la Inspección consideró que la mayor parte de los inversores eran ficticios, y levantó acta, exigiendo la diferencia entre el 35% al que tributaban entonces las sociedades y el 1% que habían aplicado indebidamente.

El resultado de las inspecciones no trajo consecuencias para las grandes fortunas, pues ese mismo año las Cortes Generales le quitaron la competencia del control fiscal de las SICAV a la Inspección de Hacienda, trasladándosela a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Posteriormente, el Tribunal Económico Administrativo Central fijó doctrina, considerando esa modificación retroactiva y anulando, en consecuencia, todas las Inspecciones. Desde entonces, la CNMV nunca ha considerado que una SICAV no cumpla los requisitos.


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