miércoles, 31 de agosto de 2011

ESCOLARIZACIÓN

pio pio    pio pio                              pio pio                        pio pio
       pio pio               pio pio                                 pio pio
   pio pio              pio pio                        pio pio               pio pio                          pio pio
pio pio                     pio pio                   pio pio                  pio pio
               pio pio           pio pio                       pio pio                 
         pio pio               pio pio             pio pio                   pio pio
pio pio                   pio pio                            pio pio                   piopio         pio pio                  pio pio                            pio pi
  pio pio    pio pio                             pio pio                pio pio
 pio pio           pio pio                  pio pio                pio pio           pio
           pio pio           pio pio                              pio pio
                   pio pio                pio pio             pio pio              pio pio 
      pio pio                   pio pio               pio pio                 pio pio  
pio pio                pio pio                   pio pio                              pio
     pio pio                          pio pio                     pio pio
               pio pio                     pio pio                                  pio pio
  pio pio                      pio pio                      pio pio                 pio pio
           pio pio                 pio pio             pio pio              pio pio
               pio pio                           pio pio                pio pio

martes, 30 de agosto de 2011

Afganistán, tras la pista del dólar

El otro día ví este documental en Documentos TV (el documental de Paul Moreira de 2009 Afghanistan, sur la piste des dollars), en el que nos muestra en qué consiste la ayuda internacional para la reconstrucción de Afganistán, una ayuda humanitaria que beneficia a los «señores de la guerra» y no a la población. O de grandes cantidades de dinero destinadas para construir escuelas y hospitales, pero que terminan en manos de los ricos para construirse sus mansiones. Se habla de escuelas sin construir, hospitales en malas condiciones por el uso de malos materiales, de la corrupción gubernamental y del latrocinio cometido por varias ONG's.

Otro ejemplo más de la ayuda humanitaria que los gobiernos del «democrático» Occidente presta a los países ocupados. ¿Qué pasará en Libia?





VECINO

(DEDICADO A MIS PASADOS, PRESENTES y ¿FUTUROS? VECINOS, Y POR SUPUESTO A MIS VECINITAS)




        No grite usted tanto, hombre
que me jode la santa conjunción de Jupiter con el Sol
y acecha Plutón
amenazándome con la baba la sarna y el esputo resbalando por el mentón,
que me cago en Dios.
     Me hago cargo
de la trepanación sublimada en tu mueca de terror
el hedor de tu sobaco castigado siempre con miedo a algo
el amarillo rubor, y es que
hasta yo lo véo claro
la vida a resultado ser una puta mierda y todo es un maldito error
el fuego calcinado está vacío
frío
varias, o mas bién casi todas las flores sudorosas se mueren irremediablemente
huelen ¡como huelen!
algunas podridas y coloreadas de sarcasmo créen que hieden
pariendo hongos envenenados y subiéndose por las paredes
algo las mata y se mueren
después de gritar fuerte, no mas de un par de veces.
    Me hago cargo
del letargo
de que la niña no para de dar el coñazo
de la saliva que te escurre por la barbilla, de que su hija es una putilla
que se pinta los labios,
que no obedece y no ha hecho el recado.
    Pero joder, no grite usted tanto señor
amenazante conductor, ¡cagón!
de corbata y pantalón, padre borracho y peón de mono
y hormigón,
llorón
meón
¿o es que tengo que romperle a latigazos el pescuezo para que alce la cabeza
y véa al fin amarillo naranja el Sol en llamas?
sabe que es domingo y hoy no se trabaja
lo dijo Dios, tranquilícese
la compra ya está hecha y las patatas están fritas, y por favor
no mire de reojo las tetitas
de su hijita
mírelas con ternura y sin fiebre ¡de frente!
y no le grite usted tanto que se le va a hinchar el vientre.
    Cállese
o le cierro el hocico yo que es primavera y queda usted féo
además de ridículo ¡viejo! ¡reviejo!
que no se da cuenta que los pájaros brujos se burlan de su pellejo
mírese en el espejo
y sáltese la tapa de los sesos, porque si
porque hoy su niña se agita 
con las margaritas
y baja sus ojos dulces y melosos ¿y porqué no decirlo?
un poco ansiosos buscando como loca mariposa
el bulto que se forma en mis vaqueros desastrosos.
    No grite usted tanto
que me enfado ¡libero a su hija!
y la rapto.

 

viernes, 26 de agosto de 2011

El cientificismo... ¡VAYA TIMO!


“Yo no creo en la infalibilidad de la ciencia ni en su capacidad 
de explicarlo todo, ni en su misión de regular la conducta 
de los hombres, como no creo en la infalibilidad del Papa”
ERRICO MALATESTA


1. Hacer de la ciencia una religión

El cientificismo (también llamado cientifismo o cientismo) consiste en la aplicación del método de las ciencias positivas (cuyo arquetipo son las matemáticas) al análisis de todas las facetas de la realidad. Derivado del positivismo del siglo XIX, el cientificismo se basa en la creencia de que la ciencia es aséptica y objetiva; se pasa de esta manera por alto que los científicos son sujetos y como tales tienen prejuicios como cualquier otro mortal y además tienen su ideología y su trabajo no tiene nada de neutro. Esto es especialmente cierto cuando se aplica el método “científico”, el método de las ciencias positivas, a realidades alejadas de la linealidad de la matemática. Aplicar métodos que trabajan esencialmente con datos cuantitativos a realidades en las que concurren infinidad de variables y de la más diversa naturaleza (no sólo numérica) como en lo psicológico o lo social es un grave error. Al final cuando el método de las ciencias positivas naufraga en un mar de enigmas irreducibles a la nítida lógica matemática el cientificista acaba por encajar a presión la realidad en su teoría y desechar aquella parte de la realidad que hace que no le salgan las cuentas, a lo cual lo tildará de metafísico o “magufo” y ubicará en el mismo plano de existencia que los unicornios o los gnomos. Y ¡ay!, de aquel que ose denunciar este fraudulento proceder: será tildado de charlatán, de esotérico, de nigromante. Así habrá nacido un nuevo dogma, un dogma con envoltura racional (en vez de la envoltura mística que usa la religión) pero un dogma al fin y al cabo.

Y que ningún devoto de la religión científica tergiverse lo hasta ahora expuesto: aquí nadie está negando la bondad del método científico en el terreno que le es propio, simplemente se está afirmando que no hay un único método válido que explique toda la realidad. Las panaceas epistemológicas son cosa de teólogos, no de personas con espíritu crítico.

2. El peso atómico del delirio

Hay realidades escurridizas, cambiantes, ambivalentes sobre las que es difícil afirmar algo tajantemente. Extraer el rasgo cualitativo de las cosas y elaborar teorías universalmente válidas sobre esa base como hace la matemática es bastante factible. Pero elaborar una teoría universal e infalible del comportamiento humano, por ejemplo, es bastante más problemático. Hay realidades demasiado complejas como para someterlas a la prueba del nueve.

Es en este contexto en el que hay que hablar de la figura de Freud y del psicoanálisis, auténtica bestia negra para el cientificista. Hasta la aparición del psicoanálisis el estudio de la conducta humana en la era científica había aplicado el método de las ciencias positivas. Y como el método científico sólo puede operar con realidades directamente observables las “anomalías” de la conducta humana sólo podían proceder de anomalías en la fisiología del sujeto en cuestión. Este enfoque somaticista derivado del materialismo mecanicista inherente al positivismo decimonónico llevó a la medicina a practicar histerectomías (extirpación del útero) para curar la histeria femenina (nota etimológica: histeria deriva del griego “hysterion” que significa “útero”) o lobotomizar a los catalogados como “locos”. Volvamos a recordar que el científico, en este caso el médico, es un sujeto y como tal proyecta en su nada aséptica labor sus prejuicios (la misoginia, el racismo, el clasismo), sus miedos y su ideología (muchas veces, como en el caso del médico lobotimizador y Premio Nobel de Medicina Egas Moniz, muy reaccionaria). Dirán los cientificistas que hago trampas, que eso no era verdadera ciencia y que otros científicos descalificaron años más tarde estas atrocidades perpetradas en nombre del método científico, pero son ellos los que hacen trampas al hablar de la ciencia de manera descontextualizada y fuera de la historia: eso era ciencia en la época, mayoritariamente aceptada por los miembros de la (como se dice modernamente) “comunidad científica”. Las cruzadas eran cristianismo, independientemente de que a estas alturas de la historia los cristianos ya no las lleven a cabo o incluso que les repugne moralmente. Y, de la misma manera, los atentados anarquistas del XIX, nos gusten o no, eran anarquismo. Cuando se profesa una determinada ideología hay que asumir sus aciertos pero también sus errores. Pues bien, gracias a Sigmund Freud empieza a ser cuestionado este auténtico genocidio que estaba llevando a cabo la ciencia médica con los “pacientes mentales” al poner el padre del psicoanálisis en relación la conducta de éstos con la represión que ejerce el entorno social sobre los deseos del sujeto. Esto fue revolucionario por dos razones: 1) introduce en el análisis el contexto social con lo cual se da pie a la crítica a las instituciones represivas (esto propiamente lo llevaron a cabo la izquierda psicoanalítica de los Reich, Marcuse, etc.) 2) sitúa a Freud como uno de los grandes cuestionadores de la moral junto a Sade y a Nietzsche, especialmente por la rehabilitación del importante papel de la sexualidad en la vida humana. Por otra parte, es importante reseñar que con Freud se empieza a hablar del análisis de la “mente” en vez del cerebro puesto que, como indicara Thomas Szasz, no son la misma cosa: el cerebro es un órgano del que no conocemos bien su funcionamiento mientras que la mente es una abstracción que utilizamos para explicarnos de forma aproximada el funcionamiento cerebral mientras la neurología no consiga descifrar la química de este órgano satisfactoriamente. Por tanto, en contra de lo que pregonan los cientificistas, la “mente” o “psique” no es el “alma” de la religión cristiana ni ente metafísico alguno sino una abstracción como puedan ser los números o las palabras [1]. Que la mente no es un ente tangible como una silla o una mesa… claro que no, pero los números y las palabras tampoco.

3. El problema de las disciplinas humanísticas

Si buscamos en un diccionario etimológico el término “ciencia”, ese término del que al parecer sólo son merecedoras las llamadas ciencias positivas, veremos que procede del latín “scientia” y significa sabiduría. De lo cual se infiere que para el pensamiento cientificista no hay más sabiduría que la derivada de estas disciplinas. La filosofía, la filología, la historia, el estudio del arte y de la literatura, etc. serían como mucho disciplinas de segunda fila puesto que el objeto de su estudio no es susceptible de medición exacta y como consecuencia sus resultados no son verdades monolíticas e inamovibles. Pero esto es una auténtica aberración intelectual. Hay muchos aspectos de la realidad que están abiertos a la interpretación y sobre los que no es posible sacar una conclusión definitiva y universal. Pensar lo contrario es hacer de la razón un dogma, cuando el concepto de razón es absolutamente dinámico y va evolucionando a través del tiempo. No existe una razón desligada del tiempo y del espacio más que en la cabeza de aquellos que la embalsaman, la introducen en una urna y hacen de ella un icono religioso (en definitiva, ¡la aniquilan!).

Nuevamente pido que no se me malinterprete. Cuando el positivismo en el siglo XIX proclamó a los cuatro vientos que sólo es conocimiento válido el adquirido a través de las ciencias como la matemática o la física, su afirmación tenía razón de ser. Me explico: los estudios de humanidades estaban controladas por la Iglesia y su contenido era mayormente especulativo y teológico. Cuando Mijail Bakunin escribía en el XIX que era de las filas de los estudiantes de ciencias y no de los de letras de donde iban a salir los revolucionarios, su afirmación, a pesar de su ingenuidad, tenía su sentido. Pero ocurrió que desde finales del XIX y durante buena parte del siglo XX el positivismo fue duramente criticado por un buen número de filósofos de distintas escuelas de pensamiento. Desde el existencialismo de Kierkegaard hasta el de Sastre pasando por el vitalismo de Nietzsche, la fenomenología de Husserl o la superación de la lógica aristotélica, buena parte del siglo XX fue una gran refutación del positivismo del siglo anterior. (¿Cómo calificar a toda esta pléyade de influyentes filósofos de “charlatanes”?) Y, entre ellos, Freud y su psicoanálisis inició una corriente intelectual que cuando se mostró más viva fue en las décadas de más efervescencia revolucionaria (los años 20 y los 60). Curiosamente, el auge del neopositivismo en el siglo pasado tuvo lugar en las conservadoras décadas de los 40 y 50 (con el apogeo del conductismo) y hacia finales de siglo llegando hasta nuestros días (otro gran periodo de pensamiento conservador). Por algo será.

Por supuesto las disciplinas humanísticas no fueron inmunes a todos estos cambios, dejando atrás su carácter especulativo y ganando en rigor. Para centrarme en la disciplina que conozco mejor, la lingüística, lo primero que sintió ésta como otras tantas disciplinas humanísticas fue el impacto de las ciencias positivas. Así se intentó crear una “ciencia lingüística” por la aplicación del método científico y así surgieron los primeros enfoques estructuralistas. Uno de los ejemplos más extremos fue el del empirismo radical de Bloomfield que en su libro Language llega a excluir del estudio lingüístico nada menos que la semántica, el núcleo candente del lenguaje, por no someterse a la linealidad del método de las ciencias positivas. El bueno de Bloomfield comprobaba escandalizado lo poco que la praxis del lenguaje humano se adaptaba a su teoría cientificista cuando en lengua alemana tenemos que a la ballena la llaman “Walfisch”, burlándose el lenguaje de las clasificaciones de los zoólogos, pues todo el mundo sabe que la ballena no es un “fisch”, o sea, un pez, sino un mamífero. Y eso no es nada: en la mayoría de las lenguas los valores de los tiempos verbales son aparentemente caóticos. ¿Cómo es posible que tanto en inglés como español el tiempo presente se pueda utilizar no sólo para indicar acciones presentes si no también pasadas y futuras o incluso para no indicar tiempo alguno? ¿Se puede hacer “ciencia” con semejante desbarajuste?

La respuesta a todo eso vino con una siguiente generación de lingüistas, que se dieron cuenta de que el método de las ciencias positivas no sirve para las complejas realidades estudiadas por las disciplinas humanísticas. Siguiendo con el ejemplo de la lingüística, Chomsky señaló que el enfoque cientificista de Bloomfield constituía una descripción lingüística muy incompleta (centrándose únicamente en la, en terminología chomskiana, estructura superficial del lenguaje) llamando la atención sobre el hecho de que puede haber oraciones idénticas en la forma pero no en la semántica, oraciones que se diferenciarían propiamente en la estructura profunda, que es donde Chomsky sitúa el componente semántico del lenguaje. Allí está el núcleo lógico del lenguaje, donde Chomsky sitúa un número finito de reglas capaces de generar todas las oraciones juzgadas como correctas por el hablante nativo, cuyo número es realmente infinito. En efecto, yo puedo decir:

Un hombre muy viejo,
Un hombre muy muy viejo,
Un hombre muy muy muy viejo,
Un hombre muy muy muy muy viejo,

y así sucesivamente, siendo todas estas frases distintas unas de otras en el grado de intensidad en que se expresa el adjetivo “viejo”. Está claro que en un caso como éste, en que el objeto de estudio es inabarcable, el método de las ciencias positivas se va a ver desbordado.

Chomsky también criticó al conductismo, resultado de la aplicación de la estrechez de miras cientifista al estudio del comportamiento humano. Chomsky puso de manifiesto cómo en la adquisición del lenguaje no todo es repetición. De hecho, un conductista no puede explicar por medio de la imitación por qué un niño que está aprendiendo a hablar produce oraciones agramaticales (recurrentes incluso en el caso de aprendices de una lengua extranjera) que no ha podido oír a nadie, como por ejemplo:

*No lo sabo

o bien,

*¿Ya has volvido?

Ambas formas verbales erróneas, resultado de la aplicación de una regla general a una excepción, demuestran que la mente infantil aprende no sólo imitando sino también manejando el razonamiento deductivo, por eso los niños aprenden su lengua materna en un tiempo récord. Luego, la mente humana no nace tan “en blanco” como pretende el empirismo radical de los conductistas. Éstos, como buenos cientificistas que son, tienen una visión robótica y mecanicista de la mente humana menospreciando los aspectos de creatividad y originalidad inherentes a ésta. De ahí que su propuesta para el estudio de lenguas extranjeras se base en ejercicios mecánicos de repetición e imitación que acaban fracasando porque desmotivan al que aprende al asignársele un papel meramente pasivo. Además, la motivación, como se sabe, es uno de esos aspectos cognitivos que no pueden ser pesados ni medidos por el cientificismo.

Consecuencia de todo esto es el ninguneo al que se somete a las disciplinas humanísticas especialmente de un tiempo a esta parte. El triunfo del capitalismo como ideología con su necesidad de técnicos que cuiden de su maquinaria de hacer dinero ha hecho que el sistema arrincone los saberes humanísticos bien porque los considere inútiles, bien porque los considere un obstáculo para sus planes de dominación. Ahí está el tópico insultante extendido sobre todo por estudiantes y profesores de ciencias (¡qué fácil es opinar de lo que no se conoce!) que asegura que para estudiar letras no hace falta razonar tan sólo memorizar. El problema viene cuando al ingeniero de turno sus jefes le mandan estudiar una lengua extranjera y ve lo poco que le sirve la memoria para aprenderla… ¡ni tampoco el sacrosanto método científico! Más indignante aún, era lo que leí hace un par de años en un periódico de tirada nacional de boca de un científico (del CSIC, creo recordar) que aseguraba de que el gobierno de la nación era inepto porque estaba lleno de “gente de letras”. Daban ganas de recordarles a lumbreras intelectuales como éste que Derecho (título mayoritariamente ostentado por nuestros políticos) no es Filosofía y Letras y que la infame Sra. Thatcher era una gobernante de ciencias (era química, igual que Rubalcaba) como le gustan a él. De todas, formas si quiere ver dónde hemos acabado mucha gente que cursamos carreras de letras que no busque en el gobierno, sino entre los que sirven copas, friegan portales o limpian WCs.

4. Todo es conspiranoia ¡Viva el discurso oficial!

Un aspecto muy preocupante del pensamiento neopositivista, o como gusta denominarse modernamente, escéptico, es su apego a las versiones oficiales. Su obsesión por combatir todo que se salga del guión ha llevado a los autodenominados escépticos a tildar de conspiranoica toda teoría que ponga en solfa el discurso oficial de los estados “democráticos”. Así en sus sitios web uno puede quedarse atónito leyendo como mezclan a los que disienten de las tesis oficiales sobre el VIH o los que no se creen la verdad oficial sobre el “terrorismo internacional” con los que creen en una inminente invasión extraterrestre. Obvian que gente como Alfredo Embid (médico y por tanto cienífico) usa argumentación racional, documentos y la opinión de muchos científicos (entre ellos un Premio Nobel de biología) para probar sus tesis y también que desde que los disidentes del SIDA pusieron en marcha su campaña de denuncia de las falacias de la hipótesis oficial sobre el VIH, el SIDA, esa enfermedad que iba camino de convertirse en la plaga bíblica del siglo XXI, ha desaparecido del discurso de los media (salvo cuando se habla de África, pero esa es otra historia.) También se burlan de la teoría del “Inside Job”, del “autogolpe”, en el caso de los atentados del 11 S y ridiculizan a analistas de la talla de Thierry Meyssan de Red Voltaire o Michel Chossudovsky de Global Research, cuya capacidad intelectual y sentido crítico está muy por encima de la mediocridad de tipos que no se les ocurre otra cosa mejor que escribir libros contra la existencia de las hadas del bosque. La teoría del autogolpe, del estado manejando el terrorismo que atenta contra él mismo está absolutamente probada en el caso de la Operación Gladio de los años 70. De hecho, varios gobiernos occidentales, entre ellos el de los EE. UU., desclasificaron documentos oficiales a principios de los 90 que probaban la participación de agentes del estado en atentados de los que se responsabilizó a la izquierda. De ello se hizo eco la prensa de la época que está en las hemerotecas a disposición de cualquier escéptico que la quiera consultar. Además hay un opúsculo del situacionista italiano Gianfranco Sanguinetti (Sobre el terrorismo y el Estado) que denuncia alto y claro la connivencia del estado en el terrorismo de la Italia de los años del plomo. Por último, hay un documental de más de tres horas de una fuente tan “magufa” y conspiranoica como la BBC en el que algunos de los agentes del estado participantes en la operación reconocen los hechos.

Pensándolo bien, me parecen menos peligrosos los que creen en los unicornios o en los gnomos que estos escépticos selectivos que se tragan sin rechistar todo lo que viene del poder. Y lo peor de todo es que nos quieren vender la moto a los demás.

5. Necesidad de la máquina de calcular

“Los búhos de cráneo transparente
Confunden tiempo y realidad
Confunden el hombre y la miseria
Confunden la ciencia con el sueño
Sólo la máquina de calcular
Puede aclarar la inmensa confusión que nos rodea
Es necesario calcularlo todo”

De esta manera ironizaba en su poema Necesidad de la máquina de calcular Aldo Pellegrini, padre del surrealismo argentino, médico (o sea, científico) de profesión sobre la obsesión cientificista de reducirlo todo al dato matemático. En efecto, para el racionalista de vía estrecha todo lo subjetivo sobra… Sobra el sueño, las pasiones, el arte, la literatura. ¿Para qué sirve la literatura? se preguntará el homo rationalis con esa carga de utilitarismo burgués implícita en su interrogación. Pero, como bien dijo Pellegrini, “aquel que ignora la poesía es un mutilado”.

La extirpación de lo subjetivo, de lo emocional, en el pensamiento de izquierdas, tan tradicionalmente imbuido de cientificismo, se ha pagado muy cara. Wilhelm Reich en su Psicología de masas del fascismo reprochaba al Partido Comunista Alemán el que su propaganda no apelara a la subjetividad del obrero y se centrara escuetamente en lo económico. Por el contrario, los nazis supieron apelar a las pasiones, a las bajas pasiones diría yo, del pueblo llano para llevarlo a su redil. Lo mismo hace la religión que manipula los sentimientos de angustia, de culpa, de vergüenza y, sobre todo, el deseo (en especial el deseo de pulverizar las limitaciones que amenazan al yo, como la enfermedad y la muerte). En cambio, la izquierda más estalinista se dedica a negar esta compleja gama de emociones absolutamente inherentes al ser humano o a decir que son un invento de la religión, proyectando una imagen deshumanizada del ser humano, como de autómata. No es extraño que la izquierda haya fracasado en su empeño de dejar las iglesias vacías de obreros y que, por otra parte, la religión sea más cuestionada por las masas cuando ésta niega o limita aspectos tan íntimos del ser humano como la sexualidad.


        [1] Los que descalifican al psicoanálisis como metafísico o espiritualista argumentando que “psique” es equiparable al alma del cristianismo deberían saber que para el mundo griego de la antigüedad clásica la “psique” era materia, si bien estaba compuesta por átomos más sutiles que el cuerpo.

UN POEMA PARA TANTA CRISIS

No somos ratas ni robots vacíos, está metafísicamente comprobado y demostrado. Dejémonos por un momento (o por muchos) de tanta ciencia, tanto mecanicismo cartesiano y tanto coñazo. Y sintamos un poquito, es sólo media hora escasa.


Este es un trabajo cien por cien "casero", del poeta desconocido David Montes, realizado a través del "cut and copy" de peliculas clásicas de algunos de los mejores cineastas (Orson Welles, Bergman, Kubrik, Tarkovsky....), imagenes intercaladas con pinturas famosas (Picasso, Dalí, Munch, Magritte, Van Gogh....), grafitis callejeros (Bansky), trozos de documentales, videoclips, fotografias inéditas........y plagado de referencias culturales, políticas y espirituales en torno a los multiples significados de la actual Crisis de la Civilización humana.......

miércoles, 24 de agosto de 2011

Hallan un calamar gigante flotando en aguas de Tenerife

Fuente: Agencia SINC

El pasado 2 de julio un equipo de filmación de la colonia de cetáceos que habita en aguas del sur de Tenerife localizó, flotando a unas dos millas de la costa, los restos de un calamar gigante, posiblemente una hembra adulta que podría haber alcanzado los 8 metros de longitud con sus tentáculos íntegros.

Los secretos del Tea Party español

CATÓLICOS EN CRUZADA

José Luis Barbería
El País, 02/01/2011

Católicos militantes de los movimientos cívico-religiosos denuncian la actuación en su seno de una nueva masonería blanca inspirada en el poderoso Yunque mexicano

En el bullicioso campo del neoconservadurismo e integrismo católico español emerge la sospecha de que una sociedad secreta opera a la sombra de la Iglesia y en los aledaños del PP. Muy activa en las grandes movilizaciones antigubernamentales, esa organización concilia el arcaico fundamentalismo con las modernas técnicas de difusión digital.

«Desde que me advirtieron de que Hazteoir.org y sus filiales Derechoavivir.com, Profesionalesporlaetica.org y otras de fines aparentemente filantrópicos son iniciativas de la sociedad secreta mexicana El Yunque, trato de deshacerme de ellos. Al principio, desinformada de su interés político sectario y de su capacidad de manipulación, colaboré económica y directamente. Hoy quiero que desaparezcan de mi correo electrónico y no lo consigo (...). Si alguien puede aconsejarme cómo escaparme de las redes de esa organización...». Este mensaje, publicado en la Red en junio de 2009, quedó sepultado por el intenso tráfico digital, pese a que llevaba la firma y el DNI de María de Andrés Urtasun, profesora de Historia de la Universidad San Pablo CEU.

La palabra Yunque no volvió a aparecer asociada al secretismo conspirativo hasta que, el pasado 8 de marzo, ReligionenLibertad.com publicó lo siguiente: «Yunque, Organización del Bien Común, Mariachis, tanto da; estamos ante una organización que intenta pasar por inexistente y actuar de espaldas a la sociedad. ¿Son conscientes de que su modo de captación, basado en el secreto y dirigido a los adolescentes y jóvenes, ha creado situaciones dramáticas en muchas familias? (...). ¿Se han planteado el papelón que están haciendo algunos obispos?». Tan revelador como el texto es que fue escrito por Alejandro Campoy, el antiguo portavoz de la plataforma digital Hazte Oír (HO), que alcanzó cierta notoriedad cuando colocó en el escaño del presidente Zapatero una fotografía de Miguel Ángel Blanco y dos rosas blancas manchadas de mercromina. Por anacrónica y extravagante que resulte, la sospecha de que existe una sociedad secreta de elementos juramentados se ha abierto paso en los entramados digitales del neoconservadurismo católico y dentro de la propia Iglesia.

La pregunta es si estamos ante un secreto a voces conservado en la ausencia de pruebas o ante rumores que se superponen, huérfanos de asidero estable. «Cada vez es más vox pópuli que esa asociación que unos llaman El Yunque —nombre que, por lo visto, ha cambiado hace poco—, y que la gracia hispana ha bautizado como los mariachis usa muy malos modos contra los que les desenmascaran», ha escrito Javier Paredes, catedrático de Historia de la Universidad de Alcalá de Henares, en el portal digital Infocatólica.com. ¿Cómo se explica que católicos conservadores de acendrado compromiso denuncien a activistas que han dinamizado la lucha contra el aborto, el matrimonio homosexual y la política educativa y generado un clima de efervescencia antigubernamental que ha arrastrado a los obispos a la cabeza de la manifestación? La respuesta traza una línea entre lo lícito y lo ilícito.

«Bajo su apariencia angelical, ellos están en la dialéctica del golpe en la mesa. No entienden que después de la Guerra Civil y de la dictadura, los españoles hayamos aprendido a convivir y que nos ha costado demasiado llegar a la separación de poderes entre Iglesia y Estado como para que ahora queramos volver al pasado. En las reuniones nos decían que había que pedir a los obispos que lideraran la protesta contra el aborto. Y es que en el fondo de su estrategia hay un proyecto monolítico», sostiene hoy María de Andrés Urtasun en declaraciones a EL PAÍS.

¿Estamos ante una masonería blanca inspirada en el poderoso Yunque mexicano y amamantada en el extremismo ideológico neocon del Phoenix Institute de Arizona (EE UU), como aseguran algunos denunciantes, o ante un simple lobby, como afirman los denunciados?

La distinción no es baladí porque de ella depende que esa organización pueda ser considerada legal o no. Y es que los artículos 22 de la Constitución española y 515 del Código Penal prohíben expresamente las asociaciones secretas y las de carácter paramilitar. El Código de Derecho Canónico establece, a su vez, que todas las asociaciones de fieles deben tener estatutos, título y estar sometidas a la autoridad eclesiástica. «Esa sociedad va creando asociaciones que se coordinan por consignas y están dirigidas por las mismas personas que salen por una radio, un periódico, una televisión. Parecen que son muchos, cuando en realidad son pocos y siempre los mismos», ha señalado Javier Paredes. «Nunca dudes de que un grupo pequeño de ciudadanos reflexivos y comprometidos puede cambiar el mundo», se proclama a modo de divisa en esos medios. Hazteoir.org (HO), con Ignacio Arsuaga como presidente; Profesionales por la Ética (Jaime Urcelay), Nasciturus (Pablo Gutiérrez), Observatorio para la Libertad Religiosa y de Conciencia (Marcial Cucarella), Escuela de Liderazgo Social y Político (Carlos Gredilla), Instituto de Política Familiar (Eduardo Hertfelder, Dolores Velarde), Justicia y Libertad (Ángel Serrano) y Fundación Burke (Antonio Arcones) formarían parte de ese mosaico.

«HO es una sociedad civil española registrada en el Ministerio de Interior. No tenemos nada que ver con El Yunque», se defiende Arsuaga. Sí admite que él y algún otro fundador de HO pasaron por el Phoenix Institute americano, un think tank (fábrica de ideas) neoconservador que dirigen, entre otros, John Hamm, presidente de la Universidad de Texas, y John X. Evans, profesor emérito de la Universidad del Estado de Arizona.

«La primera campaña de alertas en defensa de la familia que lanzamos a través de los teléfonos móviles la hicimos bajo el patrocinio del Phoenix Institute, en 2001, pero luego empezamos a andar por nuestra cuenta», afirma Arsuaga.

En sus folletos propagandísticos, el Phoenix Institute pone el acento en que sus alumnos «suelen participar activamente en la vida política, económica, académica y social». Como prueba, señalan que entre sus egresados mexicanos se contabilizan, a día de hoy, dirigentes de grandes partidos políticos, varios diputados federales, el representante de México ante el Consejo de Europa, prestigiosos profesores universitarios, importantes directivos en el ámbito bancario y empresarial... Sus fundaciones becan a adolescentes para que hagan determinados cursos en EE UU y ya hay casos en los que padres muy conservadores se escandalizan a la vista de las ideas con que vuelven sus hijos. «El Phoenix Institute cambia nuestras vidas», dice un alumno en uno de los folletos de los cursos de verano.

Los representantes de esa organización en España son Pablo Nuevo, profesor de la Universidad Abad Oliva de Barcelona, propiedad de la Asociación Católica de Propagandistas, y Luis Losada Pescador. Este último es un licenciado en Empresariales metido a periodista de Intereconomía, grupo multimedia en el que Marcial Cuquerella ocupa el puesto de director general del área televisiva. Es también fundador de HO y conferenciante ocasional de la Asociación para la Defensa del Valle de los Caídos. Su esposa, Victoria Uroz, fundó la Asociación Víctimas del Aborto (AVA), que preside la psicóloga Beatriz Mariscal. Muchos de los componentes del lobby publican, dirigen programas e intervienen en las tertulias del circuito que constituyen Intereconomía, la revista Época, el diario La Gaceta, el semanario Alba y hasta la Universidad Francisco de Vitoria, propiedad de los Legionarios de Cristo, un conglomerado, construido por Julio Ariza Irigoyen, donde el integrismo religioso se da la mano con la derecha extrema. «Los de HO tenemos relación con el Instituto de Política Familiar, Profesionales por la Ética, etcétera, pero también conocemos a mucha gente en Intereconomía, La Gaceta, La Razón y ABC. No formamos un grupo, vemos más efectiva la lucha de guerrillas», indica Ignacio Arsuaga.

Aunque se les supone una querencia mexicana y lo suyo es cultivar el fundamentalismo católico, el perfil ideológico y hasta el estilo se ajusta más al modelo wasp (blanco, anglosajón, protestante) característico de los neocon republicanos estadounidenses. «No aceptan el evolucionismo, son creacionistas. Creo que su misión en España es constituir un lobby conservador fuera del control de la jerarquía eclesiástica. Durante la Transición captaron adolescentes en los círculos carlistas y los ambientes preconciliares de la extrema derecha, pero estos nuevos respiran, sobre todo, ideología neocon», subraya el profesor de Historia de San Pablo CEU José Luis Orella Martínez. La nueva hornada la componen economistas, abogados, periodistas y militares inactivos situados en la cuarentena y, en ocasiones, emparentados con apellidos tradicionalmente asociados al Opus Dei o a Comunión y Liberación, movimientos vistos ahora como antiguallas.

Son pocos, puede que no más de un centenar, en un país con 100.000 kikos (seguidores del Camino Neocatecumenal de Kiko Argüello), 35.000 miembros del Opus Dei, 5.000 legionarios del Regnum Christi (rama laica de los Legionarios de Cristo) y otros 1.000 de Comunión y Liberación. Son pocos, pero tienen largos e influyentes tentáculos y han encontrado una veta en ese 2,5% de católicos prestos a movilizarse. «En HO crecemos exponencialmente. De los 1.800 asociados de hace dos años, hemos pasado a 4.200 y tenemos ya 200.000 suscriptores que reciben nuestras alarmas y avisos en sus teléfonos móviles», asegura Arsuaga.

Dicen sus detractores que el secreto es la mayor fuerza de ese grupo de borrosos contornos organizativos, ultramontanos en lo religioso y lo político. Les dibujan como una organización obsesionada por capitanear las movilizaciones cívico-religiosas y piensan que si se envuelven en las banderas del Vaticano y de España es para enredar a los obispos en su estrategia y crear una cabeza de playa democristiana dentro del PP. El objetivo último sería trocar en radicalismo político el sentimiento religioso latente en esas protestas.

En la inauguración del Congreso del PP en Valencia el 20 de junio de 2008, Hazte Oir.org lanzó una campaña de firmas para pedir a Mariano Rajoy que aceptara las propuestas sobre el modelo de familia presentadas por los diputados Eugenio Nasarre y José Eugenio Azpiroz. «Si el PP asume como propio el gaymonio, ya será casi imposible recuperar el matrimonio, al menos en décadas», enfatizaba HO.

«Nuestros votantes son mayoritariamente católicos, pero viven el catolicismo a su manera, con la permisividad y tolerancia con que lo hace la mayoría de la sociedad. En el congreso de Valencia hubo debates muy enconados sobre estas y otras cuestiones, pero finalmente se logró una posición de razonable equilibrio», recuerda Esteban González Pons, vicesecretario de comunicación del PP.

El lobby de la versión religiosa española del Tea Party despliega sus dotes seductoras sobre los políticos más identificados con la fe cristiana. Jaime Mayor Oreja y Eugenio Nasarre han sido galardonados por HO. No les faltan recursos, sentido del marketing y dominio de las tecnologías digitales con las que han movilizado a decenas de miles de ciudadanos, presionado a los políticos «tibios» y acosado a los «enemigos de la vida y la libertad»; esto es, defensores de las leyes sobre el aborto y el matrimonio homosexual y el derecho a una muerte digna. Aunque cultivan la política y la diplomacia de salón, y lucen elegantes en las galas, su obsesión es reventar las calles de manifestantes airados.

Una mirada retrospectiva en la Red muestra igualmente que a primeros de abril, varias asociaciones de padres objetores a la asignatura Educación para la Ciudadanía (EpC) denunciaron el comportamiento de Profesionales por la Ética. «Ahora nos consta que el movimiento objetor al que pertenecemos está estrechamente vinculado desde su origen a personas que forman parte de una organización o asociación de naturaleza secreta o reservada, cuyo funcionamiento y alcance nos es desconocido», indicaban. En el mismo texto, los padres objetores señalaban que habían expuesto el problema al presidente de la Conferencia Episcopal, monseñor Rouco Varela, y que este les había aconsejado que se desvincularan de Profesionales por la Ética. No ha sido el único encontronazo que el grupo ha tenido con otras asociaciones cívico-religiosas. El Foro de la Familia, que lidera Benigno Blanco, expulsó en marzo a los directivos de HO por su intento de capitalizar la manifestación contra el aborto.

El vicepresidente de la asociación Educación y Persona, Fernando López Luengos, doctor en Filosofía por la Universidad Complutense, ha entregado a la jerarquía eclesiástica un informe con testimonios recabados entre personas que han tenido relación con El Yunque o Bien Común. Algunos católicos se preguntan por qué la Iglesia no exige transparencia a esa organización que tiene en la boca permanentemente a los obispos.

«La Conferencia Episcopal no ha tratado este asunto, pero puede que lo hayan hecho algunos obispos», admiten fuentes episcopales. «Aunque oficialmente no se ha dicho nada, es verdad que nuestro obispado alertó a los fieles sobre Hazte Oír y demás porque algunos de ellos se habían sentido engañados en su buena fe», reconoce el canciller del obispado de Getafe, en Madrid, Francisco Armenteros. Dice que el obispo de la diócesis, Joaquín López Andújar, tuvo noticia de la existencia de esa sociedad El Yunque o Bien Común hace ya siete años.

La de EL PAÍS no es la mejor tarjeta de presentación en estos ambientes de derecha radical. «Me repugna El Yunque, pero también la manipulación que ha hecho su periódico de las movilizaciones contra la asignatura EpC», espeta López Luengos al periodista interesado en conocer el contenido de su informe.

«Allí me encontré con mucha gente de extrema derecha y hasta con carlistas de esos que siguen defendiendo el origen divino del poder. Cuando empecé a ver complicidades y cosas raras, consulté con un sacerdote amigo, quien me explicó que detrás de esas sociedades pantalla había una organización secreta interesada en infiltrarse en las estructuras de poder. Me alarmé, pero luego hablé con el arzobispo de Toledo, monseñor Antonio Cañizares, y él me indicó que continuara, que esas personas hacían un buen trabajo. Un día no pude más y les pregunté a mis jefes si eran del Bien Común. No me lo negaron, lo que me dijeron fue que eso no era asunto de mi incumbencia; pero ¡claro que lo era!, ¿cómo vas a trabajar en un proyecto si no sabes a qué y a quiénes sirves?», indica el antiguo colaborador de una de las plataformas.

«Si se tratara de una sociedad secreta, sería gravísimo que hubieran instrumentalizado a un obispo, pero si fueran un lobby, la cosa sería legal y, por tanto, diferente», apunta una fuente episcopal. «Me consta que monseñor Rouco les siguió la corriente hasta que se dio cuenta de que eso no era un juego y que esta gente trata de controlar amplias áreas de la sociedad y de la Iglesia», asegura un profesor universitario que sigue colaborando en una de las empresas del lobby fundamentalista católico.

La pregunta clave es quién los financia. ¿De dónde salen los miles y miles de camisetas y gorras, los alquileres de autobuses y de hoteles para sus actos y premios, los sueldos de los nuevos liberados y colaboradores, la compra de los equipos multimedia, las nuevas sedes? Hay quien supone que el dinero viene del otro lado del Atlántico: México o Arizona, quizá de las fundaciones norteamericanas Carnegie y Goldwater, pero Ignacio Arsuaga lo niega. «Sale de las pequeñas cuotas de nuestros asociados y de las aportaciones de donantes», responde. Según el presidente de HO, su asociación ingresó en 2008 unos 350.000 euros, y en 2009, 800.000, una cifra que en el presente ejercicio debería sobrepasarse ampliamente habida cuenta del «incremento exponencial» de asociados. Disponen, pues, de un amplio margen de maniobra presupuestario, ya que en HO hay únicamente seis puestos remunerados y solo uno a tiempo completo. «El dinero lo gastamos en las campañas. Ahora, por ejemplo, vamos a repartir, gratis, 100.000 ejemplares del libro Proyecto Zapatero, crónica de un asalto a la sociedad», anuncia Arsuaga.

«Hablar de El Yunque, o del Bien Común como se dicen ahora, puede parecer una broma, algo inocuo y pintoresco, pero tiene su riesgo, créame, porque ellos son poderosos. Lo he comprobado. Te pueden cortar las alas profesionalmente, y quizá algo más. Prométamelo: nadie debe saber que estoy hablando. No soy un héroe», pide una persona que trabaja en uno de esos medios supuestamente controlados por el Bien Común. Así que también el miedo guarda ese secreto a voces. Ya dijo Voltaire que «la religión mal entendida es una fiebre que puede terminar en delirio».


Dios, patria y fe

La existencia de El Yunque mexicano es un hecho poco controvertido porque se trata de una organización con medio siglo de existencia que goza de gran influencia en el derechista Partido de Acción Nacional (PAN). Tiene su origen en el movimiento «cristero», el levantamiento de milicias católicas que dirigidas por sacerdotes y al grito de «Viva Cristo Rey» se enfrentaron entre 1926 y 1929 al Gobierno mexicano para impedir la aplicación de la Constitución de 1917, muy restrictiva con la Iglesia. El objetivo de El Yunque, fundado en Puebla por Ramón Plata en 1955, es infiltrarse en las altas esferas del poder con el propósito teórico de instaurar la Ciudad de Dios conforme al Evangelio. Hay un evidente paralelismo entre el movimiento cristero y el partido carlista. El grito juramentado de «Dios, patria, fe» es una réplica del «Dios, patria, rey» carlista. Tal y como han puesto de manifiesto las investigaciones judiciales y periodísticas, esa organización secreta opera a través de sociedades pantalla y de acuerdo con un modelo de células estancas. El nombre procede de la máxima «Mantenerse firmes, como el yunque al ser golpeado», que dejó escrita san Ignacio de Antioquía. En lo que parece una actualización oportuna y una aportación implícita al debate soterrado que se libra en esos ambientes, un periodista de La Gaceta escribió el 22 de noviembre último que «las sociedades secretas no son herederas de la lucha cristera», al tiempo que advertía del riesgo de «usar la religión como ariete político».

lunes, 22 de agosto de 2011

Sobre los rebeldes libios

[Por lo que se está diciendo sobre los últimos acontecimientos que están pasando en Libia y la posibilidad de una inminente caída del régimen de Gadafi, recuerdo una noticia que salió hace meses en la prensa británica, sobre quiénes están con los «rebeldes» que pueden dirigir el país, con el apoyo de los principes feudales de la Península Arábiga y la OTAN: ¡Pobre Libia, el futuro que la espera!]

Comandante rebelde libio admite
que en sus tropas hay yihadistas,

y que él luchó en Afganistán contra los aliados


The Telegraph, 25-Marzo-2011


Abdel-Hakim Al-Hasad, el líder rebelde libio, afirmó que yihadistas que combatieron a las tropas aliadas en Irak están en el frente luchando contra el régimen de Gadafi.

En una entrevista con el periódico italiano Il Sole 24 Ore, Abdel-Hakim Al-Hasadi admite que reclutó en el pasado «a unos 25» hombres del distrito de Derna, en el Este de Libia, para luchar contra las tropas occidentales en Irak. La mayoría de ellos, dijo, «están hoy día en las líneas del frente en Adjabiya (Libia)».

Al-Hasadi insistió en que sus hombres «son patriotas y buenos musulmanes», no son terroristas, pero añadió que «los miembros de Al-Qaeda son también buenos musulmanes que combaten al invasor».

Estas revelaciones coinciden con otras de Idriss Deby Itno, presidente de Chad, que dijo que Al-Qaeda ha realizado saqueos de arsenales militares en la zona rebelde de Libia y ha adquirido armas, «incluyendo misiles tierra-aire, que habrían sido posteriormente llevados de contrabando a sus santuarios».

Al-Hasadi admitió que en el pasado luchó contra «la invasión extranjera» de Afganistán, antes de ser capturado en 2002 en Peshawar, Pakistán. Fue posteriormente entregado a los Estados Unidos, y trasladado, antes de ser liberado en 2008, a Libia.

Fuentes gubernamentales británicas y norteamericanas afirman que Al-Hasidi fue miembro del Grupo Armado Islámico de Libia (Libyan Islamic Fighting Group, LIFG), que mató a docenas de soldados del ejército libio en ataques de la guerrilla en los alrededores de Derna y Bengasi entre los años 1995 y 1996.

Aunque este grupo armado, LIFG, no forma parte de la red de Al-Qaeda, desde la academia militar norteamericana de West Point se afirmó que ambas organizaciones comparten una «creciente y estrecha relación de cooperación». En el 2007, documentos capturados por las fuerzas aliadas en la ciudad de Sinjar (Irak), mostraron que el grupo armado LIFG constituía el segundo mayor contingente de combatientes extranjeros en Irak, después del de Arabia Saudí.

En este mismo mes, Al-Qaeda ha lanzado un lllamamiento a sus seguidores para apoyar la rebelión libia, ya que afirma que podría conducir a la imposición de la «Edad del Islam» en el país norteafricano.

Islamistas británicos también han apoyado la rebelión, con el antiguo jefe de la organización proscrita al-Muhajiroun proclamando que la llamada a luchar por «el Islam, la sharia y la yihad en Libia» había sacudido a los enemigos del Islam y los musulmanes más que «el tsunami que Alá envió contra sus amigos los japoneses».

Banqueros en busca y captura

Poster que sacó El Jueves por si alguien se lo quiere bajar e imprimirlo.


sábado, 20 de agosto de 2011

Más allá de las imposturas intelectuales

«Confieso que soy un viejo izquierdista impenitente que nunca ha entendido cómo se supone que la deconstrucción va a ayudar a la clase obrera. Y soy también un viejo científico pesado que cree, ingenuamente, que existe un mundo externo, que existen verdades objetivas sobre el mundo
y que mi misión es descubrir algunas de ellas.»


ALAN SOKAL

Por Joaquim Prats

Publicado en Escuela (Nov.2010)

Alan Sokal protagonizó, a mediados de los noventa, una sonada anécdota que el famoso físico y matemático definió como una broma a la comunidad científica. Sokal envió un artículo a la acreditada revista Social Text, con el enrevesado título: Transgredir las fronteras: hacia una hermenéutica transformadora de la gravedad cuántica. El artículo se «coló» fácilmente en la prestigiosa publicación científica.

El escrito estaba plagado de absurdos e insensateces, postulaba un relativismo cognitivo extremo y trufaba todo el texto de formulas y propuestas matemáticas todas ellas sin sentido y expuestas, pretendidamente, sin claridad expositiva. Una gran parte de las frases del artículo procedían de conocidos intelectuales franceses y norteamericanos apóstoles del posmodernismo (Michel Serres, François Lyotard, Jacques Lacan, Jacques Derrida y otros) lo que lo convertía en una antología de «frases celebres» de estos autores.

La intención de Sokal era demostrar que, en determinadas publicaciones muy reputadas en el mundo académico, todo valía. Era el momento del posmodernismo rampante, especialmente en los campos científicos menos desarrollados y con más miseria teórica, como la pedagogía y en otros ámbitos del conocimiento social.

Desvelado el experimento —tan poco ortodoxo— el escándalo que se produjo fue mayúsculo. Los corifeos del posmodernismo, que no sus primeras espadas, corrieron a anatemizar a un «positivista» tan osado. Sokal aceptó las interpelaciones de las que era objeto y publicó un libro titulado Imposturas Intelectuales (1997) que tuvo una gran repercusión avivando la polémica de la ciencia contemporánea. En Imposturas Intelectuales se pretende analizar las propuestas de algunos de los más reputados intelectuales posmodernos, partidarios de las ideas relativistas, que rechazan la tradición racionalista de la Ilustración y que consideraban la ciencia como una «narración» o una construcción social entre muchas.

Sokal desveló en su libro las insuficiencias de conocimientos científicos de muchos de estos autores (Lacan, Braudrilland, Kristeva, etc.) y lo que denominaba su «pedante artificiosidad», y el deliberado abandono de la ciencia como «conocimiento» más objetivo. «En muchos ámbitos —nos dice Sokal— se da por supuesto que todos los hechos están construidos socialmente, las teorías científicas son meros mitos o narraciones, los debates científicos se resuelven mediante la retórica y la formación de coaliciones, y la verdad es sinónimo de acuerdo intersubjetivo».

No era el primero en denunciar el desmantelamiento de las ciencias sociales y los desatinos y logomaquias de muchos gurús del posmodernismo (lo habían hecho con más virulencia Mario Bunge, y con más matices Noam Chomsky, George Steiner o Umberto Eco, entre otros), pero sus objeciones se tomaron por algunos como un ataque a la izquierda hecha por un «físico prepotente».

Trece [once] años después, Sokal ha vuelto a la carga con una nueva obra titulada: Más allá de las imposturas intelectuales. Ciencia, filosofía y cultura (2008). En esta ocasión se trata de un libro en el que denuncia las consecuencias tan desastrosas que ha supuesto el posmodernismo para el pensamiento progresista y de izquierdas. Esta corriente es caracterizada, como también lo hace Eric Hobsbawm, como uno de los fenómenos intelectuales más reaccionarios del pensamiento contemporáneo.

En Más Allá… se tratan de las graves implicaciones sociales y políticas que ha tenido el abandono, por parte de cierta izquierda académica, de una visión científica del mundo. El núcleo duro de esta posición lo resume Noam Chomsky que considera hiriente que algunos intelectuales, que se autocalifican de izquierdas, priven de la posibilidad del conocimiento científico de lo social como un instrumento de emancipación propagando que «proyecto de los Enciclopedistas» está muerto, y «que hemos de abandonar las "ilusiones" de la ciencia y de la racionalidad. Será un mensaje, señala Chomsky, que hará felices a los poderosos, satisfechos de monopolizar estos instrumentos para su propio uso.»

Sokal se plantea qué importancia puede tener el que se difundan las teorías posmodernas. «Para la ciencia natural, dice Sokal, ninguna, nunca les harán caso. Para las ciencias sociales sí, sus efectos negativos son: una pérdida de tiempo en discutir acerca de necedades, pudiendo emplearse ese valioso tiempo en trabajos más útiles; una confusión que favorece el oscurantismo, al renunciar (debido al relativismo) a una herramienta» que puede ayudar a desmontar los mitos y manipulaciones. El posmodernismo causa un grave perjuicio para las causas de izquierda, por las dos razones: si se pierde el tiempo discutiendo estupideces, el intelectual se aísla en su "torre de marfil" y pierde el contacto con la realidad del mundo y sus problemas; por otra parte, si todo es relativo, si todas las ideas son igual de válidas en su contexto, etc., ¿cómo decir que el racismo o el sexismo están "equivocados"?».

La buena noticia es que se está produciendo una refundación de la «modernidad» después del sarampión relativista. Quizá debemos hacer caso a Mario Bunge cuando responde en una reciente entrevista por el secreto de su longevidad. La receta para llegar a los noventa años es clara: «No leer a los posmodernos, no fumar, no beber alcohol y no hacer demasiado deporte. Mantener ágil el cerebro. Si uno deja de aprender, el cerebro deja de funcionar». Tomo nota.

viernes, 19 de agosto de 2011

Javi Povés, jugador del Sporting de Gijón, se retira: "El futbol es capitalismo, es muerte"

[Curiosa noticia que se produce en un momento en el que la liga española de fútbol está suspendida por una huelga de futbolistas. Lo nunca visto.]

Extraído de
www.kaosenlared.net



Un ejemplo atípico, prácticamente inaudito, en un circo, el fútbol, donde todo se compra y se vende a golpe de talonario. Por extraño que parezca, todavía quedan mentes despiertas entre los deportistas, pocos por no decir que inexistentes, que han decidido no seguir en el cuerno de oro del gigantesco negocio capitalista, muchas veces opaco e irregular, que envuelve al llamado deporte "rey". No se distingue el fútbol por tener jugadores comprometidos con la causa del anticapitalismo y las luchas sociales. El último ejemplo, quizás sea el del jugador del FC Barcelona, Oleguer Presas, actualmente en el Ajax de Amsterdam donde sigue participando en manifestaciones en favor del movimiento okupa. Rara avis en un mundo dominado por el capitalismo más depredador y unos medios deportivos que tienen el mismo tufo derechista y facha que sus hermanos políticos.

Javi Povés se ha despachado a gusto contra el capitalismo y ha decidido colgar las botas. Entre otras cosas ha dicho que: "El fútbol profesional es sólo dinero y corrupción. Es capitalismo, y el capitalismo es muerte. No quiero estar en un sistema que se basa en que la gente gana dinero gracias a la muerte de otros" ha declarado el defensa, asegurando que 'mi yo interior me impide seguir en esto'". Toda una declaración de admirables principios.

Y no sólo eso sino que sus postulados han ido mucho más allá. Como muestra este botón. En una ocasión el club le regaló un coche, al día siguiente lo devolvió. "Me sentía mal teniendo dos coches –conduce un Smart-. No lo necesitaba". Es más, cuando cobró su primera nómina como jugador del Sporting acudió a la sede del club y solicitó que no le pagaran por transferencia bancaria. "No quiero que se especule con mi dinero ni un segundo. No pienso utilizar un banco".

Por si no fuera poco, el movimiento 15-M le parece insuficiente para atacar de raíz los males endémicos del fascismo capitalista. Tanto que no comparte absolutamente nada con ese movimiento tan en boga y que muchos vemos con escepticismo. Dice Javier sin cortarse un pelo "no comparto absolutamente nada con ellos", puesto que "es un movimiento creado a propósito por los medios de comunicación para canalizar ese malestar social que hay y para que esa chispa no se vuelva peligrosa e incontrolable para el sistema, un lavado de cara para el sistema capitalista, pero no un cambio radical, que sería lo que haría falta".

Otra de sus perlas es la siguiente. Afirma que no vota porque repudia "totalmente la política y el actual sistema parlamentario. El problema es que o eres de derechas o de izquierdas. Yo no soy de nada, soy anti todo eso. No sé cuál es la palabra que me define, creo que lo llaman antisistema..."

La guinda la firma con estas declaraciones. "En vez de tanto 15-M y tanta hostia, lo que hay que hacer es ir a los bancos y quemarlos, cortar cabezas. Así de claro te lo digo. La suerte de esta parte del mundo es la desgracia del resto".