jueves, 13 de enero de 2011

La pseudohistoria de hoy en día

Últimamente he leído comentarios y escritos de historia por la Red, textos en los cuales se meten más ideología que historia, y que demuestran una parte de ignorancia importante.

Hay un tal «Escritor Poeta y Pensador Anarquista del siglo XXI», con el alias de Ghizo, que nos dice sobre los antepasados de los santanderinos:

Los pueblos de resistencia febril como lo fueron el Canario y el Cántabro, fueron brutalmente diezmados y aniquilados casi por completo. Los otros, sometidos, subyugados al silencio. Es común encontrar secuelas en las sociedades afectadas.

¿Los cántabros fueron brutalmente diezmados o casi aniquilados? Pero, si sus descendientes directos fueron los artífices de la llamada Reconquista, invasión por parte de los reinos cristianos del norte de los territorios musulmanes de la mitad sur penínsular, que aplicaron la limpieza étnica para quedarse con tales tierras, y luego pasaron al otro lado del océano (pasando previamente por las Canarias).

O los comentarios de un tal Ikertxo que decían cosas como éstas:

Dentro de dos años, con el 500 aniversario de la conquista de Castilla al Reino de Navarra quizás hagan otra serie para conmemorar el único pueblo prerrománico [sic.] que permaneció libre durante siglos.

¿De qué libertad habla? Y al decirle yo que en la Navarra medieval existió una nobleza feudal, me salta con sandeces como:

En aquella Edad Media no había aún nobleza entre los vascones, porque eran una tribu y no un Reino.

Mezclando épocas históricas y hasta negándome la existencia de reyes:

El Reino de Navarra se fundó por líderes vascones entre otros (líderes y no nobles).

Y un tal Sergi, que llega a defender el pasado democrático catalán de esos tiempos:

Tengo en conocimiento que desde hace poco menos de 1.000 años en el territorio catalán ha existido diversas instituciones democráticas ¡qué ríase usted de las de ahora!

Instituciones como los malos usos y la remensa que sojuzgaban a los payeses catalanes.

Felix Rodrigo Mora, el «servil-acratizante», en una entrevista nos salta con esto:

La primera Edad Media fue un período histórico muy creativo, en el que se pone fin al mundo antiguo (desaparece prácticamente la esclavitud, por ejemplo). Su ideología guía es el cristianismo. Precisamente en Hispania hubo un monacato de carácter revolucionario, que realiza innovaciones sorprendentes, como el pacto monástico, o los monasterios familiares y dúplices, con comunidad de bienes, prevalencia de la asamblea, cosmovisión del amor, derechos del individuo, dignificación de la mujer, centralidad de lo espiritual, y otras. De ahí resultan las características de nuestra sociedad rural popular tradicional: el concejo abierto, los bienes comunales, los sistemas de ayuda mutua, la soberanía y autonomía del municipio, la convivencialidad como bien supremo, los fueros municipales y cartas de población, la autonomía cultural de la rural gente y otras realidades no menos memorables.

Los fueros municipales fueron concesiones otorgadas por los reyes y señores feudales para atraer pobladores a sus ciudades, cuando estos concejos crecieron dejaron de ser abiertos. ¡Qué manía con idealizar el pasado!

O en otro texto:

Pero sí es necesario resaltar que los entes estatales embrionarios que existían en ese tiempo en los territorios del norte cooperaron solapadamente con Almanzor, al que utilizaron para triturar los elementos más radicales de aquella formación social, el subsistente monacato revolucionario.

¿«Entes embrionarios estatales» como el reino astur-leonés o el navarro, así como los condados catalanes, dedicados a suprimir la libertad de unos monjes revolucionarios, a la par que el califato cordobés? ¡Lo que hay que leer!

Viendo lo que hay, me imagino que en el futuro algunos dirán y creerán cosas absurdas como las siguientes (escritas hace años para la publicación humorística Hermano Lobo):

Desgraciadamente sucederá así

Dentro de quinientos años le preguntaran a un niño en la escuela que explique el siglo XX, y dirá lo siguiente:

«El Rey Adolfo Hitler atacó por sorpresa a los ingleses, pero fue derrotado en la batalla de Verdún. Su hijo, Adenauer, fue encerrado en una torre por el bastardo Bresniev, que luchó en las estepas contra las huestes mongolas y firmó la paz en Versalles. Luego tras unos años de paz inestable, los bárbaros de USA, colonia sajona fundada al otro lado del Atlántico, atacaron por sorpresa a Europa con dólares asfixiantes, y hubo una terrible epidemia de cáncer que diezmó a las naciones civilizadas. Se estableció el color blanco obligatorio para todas las razas. Se hicieron tres cruzadas para liberar la paridad del átomo, presa de los maoístas que habían atravesado el mundo libre aprovechándose de sus luchas internas. El poder espiritual pasó a manos de las sociedades anónimas después de su derrota en la batalla de Wall Street. En 1998, con el asesinato de De Gaulle en Sarajevo, empezó la tercera guerra mundial, conocida también por la de los mil años, en la que todavía estamos. Se supone que es la última que mantendrán entre sí los hombres».

Y si no, al tiempo.

GENOVEVO DE LA O


4 comentarios:

KRATES dijo...

Veo que desde A las Barricadas enlazan a esta entrada. Y parece que hay una pequeña polemica sobre el tal Rodrigo Mora y su «monacato revolucionario» altomedieval:

http://www.alasbarricadas.org/forums/viewtopic.php?f=13&t=49402

El carácter «revolucionario», al que se puede referir este «estudioso» del Estado-Capital durante 17 años, de estos monjes hispanos anteriores a la llegada de la Orden de Cluny en el siglo XI y la del Cister en el XII, que había desde el siglo VI o el V (durante el reinado visigótico), será a su forma de vida ascética y comunitaria, a la existencia de monasterios dúplices y familiares y al pacto que había entre el abad y la comunidad.

También había otras comunidades monásticas independientes del poder de los obispos, compuestos por familias enteras que colonizaban territorios abandonados al control músulman desde el siglo VII. Estos pseudomonasterios terminarían siendo controlados durante la Reconquista por el alto clero.

Aquí se explica como eran tales comunidades:

«... Varios de tales monasterios eran dúplices, es decir, tenían comunidades de ambos sexos. Estaba entonces vigente el llamado pacto monacal, de tradición visigoda, según el cual se establecían previamente los derechos individuales y recíprocos que asistían al monje y al abad, derechos que, en todo momento y por encima de cualquier otra consideración, debían ser respetados por ambas partes. No se cita expresamente la regla monacal, pero se supone que ésta sería la Regula Communis de origen visigodo, extendida entonces por la mayor parte de los monasterios del norte de España.

»Todos estos cenobios tenían sus propiedades, algunas de cierta entidad, ya que los monjes cedían sus bienes propios al entrar a formar parte de la comunidad. No obstante, la impresión que dan los documentos de la época sugiere en general la falta de latifundios en la región y la preponderancia de una propiedad más repartida en heredades.

»Algunos de los monasterios lebaniegos pueden también encajarse en el tipo conocido como "monasterios familiares", especie de granjas, donde toda una familia se consagraba a la vida religiosa, aceptando la regla...»

http://www.rutavadiniense.org/paginas/monasterio/historia.htm

En esas comunidades la propiedad privada no existía, ¿de ahí su posible carácter revolucionario?

[Continúa]

KRATES dijo...

[Y sigue]

Pero, hay algo más...

«La finalidad de las reglas es organizar la comunidad, determinando de forma escrita —no sólo verbal— las relaciones entre el superior, al que están sometidos todos los miembros de la comunidad, y el resto de los miembros; se establece una relación de maestro-discípulo, donde destaca siempre el voto de obediencia como constitutivo y principal dentro de la vida monástica.»

http://personales.ya.com/mrgreyes/ermita/monacato/mon-art-02.htm#reglas

Toda la comunidad estaba sometido a un abad... ¿El voto de obediencia es revolucionario?

«Tales monasterios familiares tuvieron gran difusión en la época de la Reconquista y favorecieron la repoblación de grandes extensiones despobladas. Se admitía, en cambio, que pudieran donarse al monasterio matrimonios con sus hijos y esclavos, con la condición de que se sometieran a la pobreza monástica y a la obediencia al abad. El aspecto que más destaca es el llamado "pacto", surgido en el noroeste peninsular, que sobrevivió a la invasión musulmana, perdurando casi hasta la celebración del Concilio de Coyanza (1050), en el que se impuso la regla de San Benito como modelo que se debía observar en todos los monasterios existentes en la Península.»

http://personales.ya.com/mrgreyes/ermita/monacato/mon-art-02.htm#communisz

Además de la «revolucionaria» obediencia al abad, entre estos «pueblos libres del norte» (también expresión del mismo Rodrigo Mora), existen los esclavos.

Si no son suficientes argumentos para cuestionar el supuesto carácter revolucionario de estos monjes, pues ¿que será? Y lo que más me fastidia, es que se haga caso a este criptocarlista en el seno del mismo Movimiento Libertario.

PabloGC dijo...

Otro caso de pseudohistoria desde Zaragoza...

Resulta que unos chavales de la izquierda nacionalista aragonesa hacen un acto en recuerdo al ajusticiado Justicia Mayor de Aragón, que protegió a Antonio Pérez contra Felipe II, a finales del siglo XVI, como ellos dicen:

«Conmemorando el asesinato del Justicia de Aragón, Juan de Lanuza, el 20 de diciembre de 1591 por las tropas de Felipe II.»

«... La izquierda independentista aragonesa, como viene siendo habitual, salió a la calle [el pasado sábado 18 de diciembre de 2011] para reclamar y exigir derechos y libertades nacionales para Aragón.»

Gente que se define de «izquierda» ¿homenajeando a un noble que defendía las libertades, mejor dicho, los intereses y privilegios de los señores feudales del momento? ¡Sorprendente!

Y más sorprendente es que en el acto incluyan al asesinado presidente socialista chileno Salvador Allende, tras el golpe de Estado militar de 1973, o al anarquista Joaquín Ascaso, miembro del revolucionario Consejo de Aragón de 1936-37, con este noble feudal del siglo XVI, como si hubiesen defendido lo mismo.

En los comentarios añaden lindezas como ésta:

«Reivindicar la figura del Justicia es reivindicar la identidad aragonesa…»

¿La «identidad aragonesa» es feudal?

O también...

«No recuerdo haber escrito que la ley foral fuera positiva para el campesinado sino que era un símbolo de identidad que tanto nobles como campesinos se apremiaban a defender frente a los intereses del monarca.»

¿Nobles y campesinos unidos por defender el feudalismo? Es lo más alucinante que he leído últimamente.

¡Pobrecillos los que no saben, o no quieren saber!

KRATES dijo...

Sí, ¡sorprendente! Y encima «mezclando churras con merinas» para justificar sus creencias identitarias. Mejor recurrir a los mitos y las falsas creencias que a la historia, es lo mejor para todo nacionalismo. No cuestionarse ni investigar el pasado, seguir fiel a las interpretaciones erróneas de ella: la pseudohistoria.

Pues antes de hablar sobre su pasado idealizado del Aragón feudal,deberían estudiar algo más. Por ejemplo, en el número 60 de Cuadernos Historia 16, titulado Antonio Pérez y su época, hay un apartado bajo el título de «La revuelta zaragozana» de los profesores de Historia Moderna de la Universidad de Zaragoza G. Colás Latorre y J. A. Salas Ausens donde se comenta sobre la situación social del Aragón a finales del siglo XVI:

Durante el siglo XVI el régimen foral se había mostrado incapaz de responder a las exigencias de los aragoneses. Como régimen político de una sociedad feudal obedecía en su contenido a las diferencias existentes entre los diversos estamentos. Pero estas diferencias eran tan acusadas que necesitaban de una urgente revisión.

El régimen feudal aragonés resultaba tal vez el más duro del Occidente europeo, Los señores eran dueños absolutos de sus tierras y vasallos, quienes carecían de los más mínimos derechos. Los concejos gozaban de una gran autonomía. El poder se hallaba fragmentado en multitud de compartimientos estancos que limitaban el desarrollo económico y el mantenimiento del orden social.

Pero esos mismos fueros contenían principios políticos muy avanzados. Todos los hombres libres gozaban de una serie de derechos que aun hoy en día son dignos de admiración por su carácter progresista.

En 1592 parecía llegado el momento tan esperado por los vasallos y por otros aragoneses para acabar con lo que tenían de ancestral y anacrónico. Eliminada toda oposición, el rey gozaba de plena libertad para introducir reformas. Es la oportunidad que busca un reformador, pero Felipe II no lo era.


Revista Historia 16, 68 (diciembre de 1981).


Derechos y libertades para unos pocos y no para el resto. ¿Y se definan de «izquierdas» estos niñatos ignorantes?